“Los tiranos se rodean de hombres malos porque les gusta ser adulados y ningún hombre de espíritu elevado les adulará.”
Aristóteles
Argentina, 1966. Un mes después del golpe de
estado contra el presidente Arturo Illia, el 28 de junio, la dictadura militar
encabezada por Juan Carlos Onganía, (segundo presidente de facto, 1966/70.) con
la firme intención de acabar con la oposicion, arremete contra las
universidades.
Un decreto presidencial, acabo "la
autonomía universitaria" vigente desde la reforma de 1918, Onganía y sus
acólitos, consideraban a las universidades “factores activos de conspiración” y
por ello les urgía tener el control absoluto de las mismas.
Los estudiantes y docentes de las
universidades, alertaban al país sobre la intención del dictador.
La Universidad Nacional de Buenos Aires, fue
el centro de los hechos históricos que se describen a continuación.
Estudiantes y profesores, deciden permanecer dentro
de las instalaciones, como forma de protesta y en defensa de la autonomía
universitaria. La noche del 29 de julio de 1966, la policía comandada por el
General Mario Fonseca, ordena la brutal represión contra los tomistas de la
universidad de Buenos Aires. Primero lanzando gases lacrimógenos y luego
descargando bastonazos sin discriminar hombres de mujeres, ni alumnos de
docentes, graduados o decanos. Hubo cientos de presos y heridos -algunos de
gravedad- de la misma manera, fueron destruidos los equipos de laboratorio,
computación y la biblioteca, provocando un importante movimiento de renuncias
de docentes en protesta del decreto presidencial.
Onganía pretendía con esta acción, “depurar”
la universidad de toda idea contraria a su gobierno, es decir, detener,
expulsar o exiliar a cada ciudadano, profesor o alumno que lo adversara. A partir de esa noche, todas las universidades
del país fueron intervenidas y ocupadas militarmente, en la denominada: “Noche De LosBastones Largos”.
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