La publicación titulada “Poner fin a la violencia en la escuela: Guía para los docentes” es una contribución de la UNESCO en apoyo de la Educación para
Todos y el Decenio Internacional de una Cultura de Paz y no Violencia para los
Niños del Mundo de las Naciones Unidas (2001-2010). Esta publicación también da
seguimiento al Informe mundial sobre la violencia contra los niños de 2006, que constituye la primera iniciativa
internacional integral destinada a examinar no sólo la magnitud de la violencia
contra los niños, sino también sus consecuencias. Se trata de una publicación
particularmente oportuna, dado que este año se celebra el vigésimo aniversario
de la Convención sobre los Derechos del Niño.
Si el mundo quiere alcanzar los objetivos de la
Educación para Todos, se ha de prestar atención al problema de la violencia en
los contextos de aprendizaje. Esta guía representa un paso importante hacia la
prevención y eliminación de la violencia escolar y es el fruto del esfuerzo
concertado de una amplia gama de
expertos, educadores, partes interesadas e instituciones competentes con miras
a ese fin. Para contribuir a la preparación de esta guía se celebró un gran número
de reuniones de expertos, seminarios y conferencias, entre las que cabe
destacar la reunión de expertos “Poner fin a la violencia en la escuela:
¿Qué soluciones?”, celebrada en la Sede de la UNESCO
en 2007, y la Cuarta Conferencia Mundial sobre la Violencia en la Escuela y las
Políticas Públicas, patrocinada por la UNESCO y organizada por el Observatorio
Internacional de la Violencia en el Medio Escolar en Lisboa en 2008. El Comité
Científico del Observatorio desempeñó un papel decisivo en la elaboración de
esta guía al proporcionar aportaciones y evaluaciones valiosas.
Los profesores y los estudiantes pueden utilizar esta
guía para afrontar y prevenir la violencia. La violencia escolar es un problema
sumamente complejo y, por tanto, es preciso contemplar numerosos factores,
entre los que figuran los siguientes: la necesidad de hacer participar a los
estudiantes; la adopción de un enfoque integral que involucre a los padres, los
educadores y la comunidad; la vinculación de las políticas, la legislación y la
práctica; la elaboración de indicadores sobre la violencia; y el respeto de las
distintasculturas al analizar conceptos como el carácter universal de los
derechos humanos en el marco de un enfoque basado en los derechos humanos.
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