jueves, 3 de diciembre de 2015

Politólogos y políticos


Tomar decisiones, interactuar dentro de una organización pública, actuar en los partidos políticos, en los sindicatos, los municipios entre otros elementos donde intervienen los políticos. El intelectual puede ejercer una gran influencia ideológica en el seno de las sociedades actuales. Debe ser un intelectual crítico y el político, debe recoger de él sus reflexiones para actuar y tomar decisiones. El político debe administrar presiones, conflictos para conducir y coordinar una sociedad sobre todo cuando se hace gobernante.
Al político le corresponde en este sentido, la interacción entre los agentes políticos: partidos y líderes, y las decisiones de política y, el diseño de políticas públicas es uno de sus desafíos.

En esta interacción, las expectativas de los agentes juegan un papel esencial en la acción política.

En efecto, entrando al terreno de las políticas públicas, que son los cursos de acción estatal llevados a cabo por las distintas unidades organizativas, del Estado a nivel nacional, regional y estadal, tienen una variedad de problemas de dimensión, de interrelación personal y de toma de decisiones más complejas, que ameritan destrezas y habilidades de acuerdo a la realidad específica, por ello es muy difícil conducir una sociedad determinada, por lo compleja y complicado que tiende a ser por su composición e integración. Ambos, el político y el politólogo, tienen una ética de la responsabilidad por la conducción que hacen de nuestras sociedades.

El politólogo por su parte, tiene no solo que conocer, sino además, saber moverse en ese nuevo ambiente interméstico y más complejo y complicado para el análisis empírico, para interpretarlo y analizarlo adecuadamente, porque al profesional de esta carrera en el siglo XXI, le corresponde entre otras cosas: observar, diagnosticar, describir y evaluar los componentes de la realidad socio-política que enfrenta y finalmente, intervenir en el mejoramiento de los cursos de acción de las estructuras estatales que las adoptan. Esto es las políticas públicas, para proponer alternativas viables, razonables y plausibles para mejorar los procesos de toma de decisiones. Lo mismo se puede aplicar al rol del politólogo en la sociedad civil. Al politólogo a fin de cuentas, le corresponde la proyección de nuevas ideas y la creación de un ambiente propicio para el desarrollo de una conciencia social y la construcción y robustecimiento democrático de nuestras sociedades.

El político debe conocer cuál es el margen de maniobra y debe tener la pericia adecuada tanto del punto de vista institucional y de gestión, para tomar decisiones. Por ello, en las democracias para un político gobernar se hace más intrincado ya que se hace bajo varias
premisas: arbitrar, articular, consultar, cooperar, coordinar calibrar, sopesar y saber sortear, negociar (reciprocidades especificas o difusas), capacidad para mantener la centralidad; lograr que estas herramientas se utilicen armónicamente y adecuada, requiere de conocimiento e intuición, y esto lo adquiere con la experiencia. Habilidad para resolver problemas, tener en síntesis un pensamiento creativo. El político debe tener coraje, pero con sentido de responsabilidad. El político atesora un capital que es importante a lo largo de su carrera. Es un camino proceloso. Un buen político hace y siente la política.

Max Weber, definió varias tipos de políticos: los políticos ocasionales, los políticos semiprofesionales y los verdaderos políticos profesionales. Angelo Panebianco, habla de siete tipos de políticos: el empresario político que es el líder partidista, los burócratas del partido, los funcionarios expertos que prestan servicios al partido en su campo de especialización, el notable, al cual se refiere Weber como político diletante, el profesional de staff es más técnico, el profesional que trabaja en espacios estatales o paraestatales y el semiprofesional. Son los ejecutores políticos responsables de las políticas públicas.

Del maestro como lo fue el Dr. Manuel García Pelayo, tomo de nuevo su utilísima categorización de las cualidades de un político ideal o arquetipo: 1) saber qué se quiere o conciencia de finalidad; 2) saber qué se puede o conciencia de posibilidad; 3) saber qué hay que hacer o conocimiento de la instrumentalidad; 4) saber cuándo hay que hacerlo o sentido de oportunidad y, 5) saber cómo hay que hacerlo o sentido de la razonabilidad.

En política, el liderazgo se explica de tres maneras fundamentales: el poder que deriva de las provisiones institucionales, legales y demás mecanismos formales e informales, como de las influencias; de eventos y circunstancias que aúpan a un líder político durante un determinado período y tiempo en su trayectoria o parábola pública; y las habilidades y limitaciones que tiene liderazgo, por eso, debe saber acompañarse de un buen equipo que lo rodee, aquí el politólogo lo debe acompañar y aconsejar.
jesusmazzei@gmail.com

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